Como ya he comentado en alguna ocasión,
son muchos los años que llevo asistiendo a partidos de futbol en los estadios o
en esos campos de Dios donde la chavalería se deja el alma en la disputa de
cada balón, y nunca he vivido el nivel de histeria que ahora parece apoderarse de
nosotros.
He asistido en el Santiago
Bernabeu a la pita a algunos jugadores, tan grandes como el mismísimo Zinedine
Zidane, por mencionar a uno, pero jamás había visto lo que estoy viviendo
ahora. Pitos por doquier para todo el que se equivoca, se llame como se llame,
y haya hecho los méritos que haya hecho. El último partido en ese estadio dejó
pitos hasta para Cristiano Ronaldo, al que se le podrán juzgar muchas gestos y
actitudes pero, en ningún caso, se le puede poner un pero como profesional, ni
por su trayectoria, ni por sus éxitos (y los de su equipo) ni, desde luego por
si trabajo y dedicación. Se silbó hasta la autoría de un gol cuando el “speaker”
del estadio gritó el segundo gol por megafonía. Inaudito.
Todo esto da que pensar y creo
que nos olvidamos que esto SOLO es FUTBOL.
Intento buscar el origen de esta
histeria colectiva. Al final mi conclusión, probablemente no la vuestra, es que
creo sinceramente que hay demasiados programas, publicaciones, espacios en las
redes sociales, etc. hablando NO de futbol, si no de temas relacionados con el
mundo del futbol que nada tienen que ver con el deporte en sí, que, en muchos
casos, solo busca el morbo y la audiencia a costa de lo que sea (vida privada
de futbolistas, gestos en los campos, rumores sobre fichajes continuos desde el
día 1 de competición, debates de taberna que ahora son televisados, donde, bajo
mi punto de vista se confunde la libertad de expresión con el respeto a
profesionales, etc.).
Es momento de hacérnoslo mirar. ¿Nos
gusta el futbol o el ruido?
Yo, lo tengo claro, FUT-BOL (como
diría el bueno de Pepu).
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