Entre la multitud de noticias que
nos abruman cada día en el ámbito futbolístico, tuve la ocasión de escuchar el
pasado verano, entre otras, esa afirmación de “a este lo ha fichado Florentino
para que ACS pueda hacer carreteras en Colombia” o aquella otra de “para vender
camisetas” o la ya famosa del “fichaje mediático”.
No era yo precisamente un
profundo conocedor de su carrera profesional, más allá del pasado mundial y de
algunas incursiones puntuales en las ligas portuguesa (Oporto) o francesa (Mónaco), pero tuve, al menos, la precaución, de esperar para dar mi opinión.
Estamos ya acercándonos al final
de temporada y, ciertamente no sé qué ha pasado con las carreteras de ACS en
Colombia, pero camisetas sí ha vendido y muchas, y las que seguirá vendiendo. ¿Mediático?
Por supuesto que James Rodríguez es mediático, más de 30.000 personas en su
presentación con alta asistencia de colombianos, incluido el Sr. Embajador, de
aquel país en España, lo avalan.
Lo que muchos no conocíamos es
que, detrás de ese chico de 23 años, con aspecto de niño bueno, había un
jugador de categoría mundial, que a su calidad innata se le une una
personalidad en el campo impropia de un chico de su edad, que ha sido capaz, en
todo un Real Madrid, de ser una pieza clave para el engranaje del equipo en la
presente temporada y que en los dos meses que ha estado fuera por una
inoportuna lesión se la ha echado de menos.
Basado en esto, agradecería a D.
Florentino Pérez que siga haciendo carreteras allí donde encuentre futbolistas
de este nivel para que nosotros, en el Real Madrid, podamos disfrutarlos.
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